“El espíritu del futuro aprenderá más de Gesell que de Marx”
John M. Keynes
Guillermo Baliña[1] y Carlos Merenson[2]
El uso de una moneda complementaria como El Pampa responde a principios centrales del ecologismo y la economía ecológica. Estas monedas fomentan la circulación local de bienes y servicios, fortaleciendo la producción regional y reduciendo la dependencia de cadenas globales con altos impactos ambientales. Al poder diseñarse con incentivos específicos —por ejemplo, premiando consumo sostenible o producción responsable— se alinean directamente con objetivos de sostenibilidad y regeneración ambiental. Además, al incentivar la circulación frente a la acumulación, fortalecen la resiliencia económica de las comunidades y promueven la corresponsabilidad entre ciudadanos, productores y consumidores.
La implementación de una libremoneda provincial se vuelve aún más relevante frente a la triple crisis que atraviesa la provincia de Buenos Aires: La reducción o corte de transferencias nacionales, lo que limita la capacidad de gasto provincial; la caída del empleo industrial y cierre de PYMES debido a la contracción de la demanda y el encarecimiento del crédito; y el aumento de la pobreza con pérdida de capacidad adquisitiva de la población convergen en una triple crisis que golpea de manera particular a la Provincia de Buenos Aires. La centralización del sistema monetario en el peso/dólar, sumado al ajuste fiscal nacional, genera escasez de circulante que paraliza la economía local, aun cuando existen capacidades productivas disponibles.
En tal contexto, una moneda complementaria como el Pampa permite reactivar la economía local, incentivando la producción y el consumo dentro de la propia provincia, mientras fortalece la cohesión social y promueve prácticas económicas compatibles con la sostenibilidad ambiental. De este modo, la libremoneda no es solo un instrumento financiero, sino una herramienta estratégica para abordar integralmente las tensiones económicas, sociales y ecológicas que afectan a la provincia.
Además, se debe tener en cuenta que la provincia de Buenos Aires ha resultado históricamente perjudicada debido al escaso porcentaje de coparticipación que recibe en relación con el tamaño de su población y economía. Según la ley 23.548 recibe aproximadamente un 22% mientras concentra cerca del 38% de la población y 35% del PBI.
La necesidad, conveniencia y urgencia de un sistema monetario complementario
El sistema monetario tradicional contiene una falla estructural que conduce a un efecto regresivo en la distribución del ingreso.
Si la Constitución garantiza a todos los ciudadanos un acceso equitativo a los servicios públicos, (el sistema monetario es un servicio público) es inconstitucional y antidemocrático un sistema en el cual una mínima fracción de la población recibe más de lo que paga por dicho servicio a expensas de una abrumadora mayoría que recibe menos de lo que paga. (Margrit Kennedy)
Para corregir el defecto señalado pueden seguirse dos caminos: cobrarle un impuesto especial a quienes se benefician del sistema monetario actual o bien cambiar el sistema monetario de raíz a través de una moneda oxidable o, al menos, incorporando monedas complementarias.
En esta dirección, Howard Odum y Tom Abel, junto a la propuesta posterior de George Mobus, señalaron la necesidad de rediseñar la arquitectura monetaria en base a principios de sostenibilidad. Mobus, en particular, sostuvo que el dinero debe dejar de ser un “fin en sí mismo” para recuperar su condición de herramienta de coordinación de flujos reales de energía, recursos y trabajo. Un sistema monetario justo no puede basarse en la lógica de acumulación y atesoramiento, sino en la circulación permanente y en el sostenimiento de los bienes comunes.
Es en este contexto que emerge como opción concreta la creación de un sistema monetario complementario provincial que permita:
- Garantizar la circulación económica interna en la PBA.
- Proteger el empleo y evitar la desaparición de PYMES y cooperativas.
- Fortalecer la producción local de alimentos, energía y bienes industriales básicos.
- Disminuir la dependencia de transferencias nacionales retenidas por decisión política.
La respuesta a la crisis: EL PAMPA
Se propone aquí el lanzamiento de una moneda digital complementaria en la provincia de Buenos Aires: El pampa, cuyos fundamentos, antecedentes y características se pasan a describir a continuación.
Fundamentos teóricos
Silvio Gesell sostuvo que el interés es un “impuesto privado” que frena la circulación del dinero, restringe la producción y genera desigualdad. Su propuesta de libremoneda (dinero con oxidación) buscaba transformar al dinero en un medio de intercambio puro, no de acumulación, obligando a que circule en la economía real.
Bernard Lietaer propuso monedas complementarias y regionales para dar autonomía a territorios frente a crisis nacionales o globales. Estas monedas fortalecen economías locales, permiten financiar bienes comunes sin déficit ni deuda y actúan como mecanismos de resiliencia.
George Mobus llevó más lejos la crítica de Gesell y Lietaer. Para él, el dinero no debe entenderse como un simple vehículo de intercambio ni como una reserva de valor abstracta, sino como un sistema operativo de la economía que tiene que estar alineado con los límites biofísicos. Un “dinero sano” debe premiar la circulación productiva, desincentivar la especulación y estar directamente vinculado a la regeneración de capital natural y social. El Pampa, con su mecanismo de oxidación, se integra en esa lógica: un dinero que se degrada si no se usa, asegurando su función de lubricar la economía real en vez de alimentar la acumulación estéril.
Antecedentes
A nivel internacional se destaca como antecedente el de la ciudad austriaca de Wörgl (1932). Allí se decidió aplicar la moneda concebida por Gesell, que estaba gravada con una tasa de utilización del 1% mensual (12% anual). ¿Qué ocurrió? Los 32.000 chelines libres que se emitieron con fecha de vencimiento y con gravamen del 1% mensual por su no uso circularon en un año 463 veces, creando bienes y servicios físicos por valor de 14.816.000 chelines.
Este experimento de “dinero oxidado” promovió el empleo y las obras públicas hasta ser prohibido por el Banco Central de Austria, no por sus defectos, sino por sus virtudes.
En Keynes & Gesell ¿Nuevo paradigma? El orden económico natural y breve historia monetaria argentina, Carlos Fernando Louge afirma que: “La comprobación exacta de la utilidad del sistema monetario de Silvio Gesell se acreditó en la Argentina en el transcurso de los años 2001, 2002 y 2003 (…) Uno de los ejemplos fue el Patacón de Buenos Aires que, al tener fecha de vencimiento, no podían darse en préstamo a interés ni depositarse como ahorros. Había que gastarlos para comprar cosas (bienes y servicios) con toda premura. Entonces, la velocidad de circulación aumentó las transacciones y la economía física tuvo un auge productivo que puso fin a la recesión. La recaudación aumentó exponencialmente y se terminó con los desequilibrios fiscales”.
Características de El Pampa
Esta “libremoneda” incorpora un mecanismo de oxidación o demérito, mediante el cual la moneda pierde un pequeño porcentaje de su valor si no circula.
En el caso del “Pampa”, se propone un 4% semestral para:
- Incentivar la circulación y evitar el atesoramiento.
- Reducir la renta financiera al desincentivar la especulación.
- Dinamizar el mercado interno, impulsando consumo y producción local.
En palabras de Gesell: una “moneda que gasta sus propios zapatos”: sirve a la comunidad, no a la acumulación.
Mobus refuerza esta lógica al sostener que la oxidación no es un “castigo” sino un mecanismo pedagógico y operativo que recuerda que el dinero, como la energía, se degrada si no circula y no cumple su función vital en la red socioeconómica.
Instrumento y gestión
El Pampa será una moneda digital complementaria, gestionada a través de una billetera virtual provincial con opción de soporte físico en tarjetas y cupones QR.
Su respaldo inicial y confianza se aseguran con la aceptación para el pago parcial de impuestos provinciales (hasta 30%) a lo que se agrega:
- Uso en compras del Estado provincial (salud, educación, obras públicas).
- Fondo de estabilización en pesos/dólares equivalente al 20% de la emisión.
Gobernanza democrática y auditoría pública
Se creará un Consejo de Moneda Provincial con representación de: gobierno, municipios, universidades, cámaras de PYMES, sindicatos y movimientos sociales. Su función: auditar emisión y circulación, y fijar topes vinculados a la producción real para evitar inflación.
Aquí la perspectiva de Mobus refuerza la necesidad de un diseño democrático del sistema, ya que un dinero concebido como “sistema operativo de la economía” no puede quedar en manos de un actor único. Su gobernanza debe garantizar que la moneda esté al servicio de la reproducción de la vida y no de intereses financieros particulares.
Respaldo productivo y energético del Pampa
Una de las innovaciones centrales del Pampa es que su valor no se ancla de manera abstracta en la confianza o en reservas financieras externas, sino en la capacidad productiva y energética concreta de la provincia. Retomando la propuesta del Ing. Thompson, el Pampa puede respaldarse en un mix productivo + energético, donde el kilovatio-hora (kWh) actúa como referencia objetiva de valor.
Mecanismo eléctrico: cada unidad emitida de El Pampa puede estar asociada a una fracción de energía eléctrica producida y distribuida en la provincia, especialmente a través de cooperativas y proyectos de energías renovables (solar, eólica, biomasa). La energía es una medida universal y verificable de trabajo físico, lo que otorga al Pampa un anclaje real y mensurable.
Mix productivo: el valor no depende solo de la electricidad, sino también de la integración con bienes y servicios básicos producidos en la provincia (alimentos, insumos industriales, transporte, construcción). Esto asegura que la moneda esté directamente vinculada a los circuitos económicos esenciales de la vida social.
En este esquema, cada Pampa funciona como un “vale de producción presente y futura”, garantizado por la energía disponible y por la capacidad provincial de generar alimentos, manufacturas y servicios básicos. Así, se evita el riesgo de inflación descontrolada, ya que la emisión queda atada a la capacidad física de generar bienes y energía, no a la mera decisión política.
Este anclaje permite transformar al Pampa en una moneda ecosistémica y resiliente, que mide y regula la economía provincial en términos de flujos materiales y energéticos, alineándola con los límites biofísicos y las necesidades sociales. (VER ANEXO)
Ámbitos de aplicación prioritarios
a. Producción y consumo de alimentos
- Pago parcial a productores hortícolas del cordón platense y del interior bonaerense.
- Creación de mercados populares provinciales que acepten la moneda.
- Incentivo: descuento del 10% en impuestos provinciales abonados con El Pampa.
b. PYMES y cooperativas industriales
- Pago parcial de salarios y proveedores en moneda complementaria.
- Convenios con cámaras de PYMES para su aceptación en cadenas productivas regionales.
c. Obras públicas y vivienda social
- Financiamiento de cooperativas de construcción con Pampas.
- Pago de insumos básicos a proveedores adheridos.
d. Energía y transporte
- Aceptación del Pampa por cooperativas eléctricas y de transporte local.
- Promoción de proyectos de energías renovables comunitarias financiados con esta moneda.
Impactos esperados
- Corto plazo
- Aumento de circulación interna pese a la contracción nacional.
- Sostenimiento de PYMES, cooperativas y empleo.
- Mejora en acceso a alimentos básicos.
- Mediano plazo
- Construcción de circuitos productivos regionales resilientes.
- Reducción de la dependencia de transferencias nacionales.
- Recuperación de confianza social en la capacidad provincial.
- Largo plazo
- Consolidación de una arquitectura monetaria policéntrica en Argentina.
- Integración con políticas de transición ecosocial en alimentación, energía y vivienda.
Mobus planteaba que el éxito de un sistema monetario debía evaluarse no por la acumulación de reservas financieras, sino por la resiliencia y bienestar del sistema socioecológico en el que se inscribe. Bajo esa lógica, los impactos esperados del Pampa deben medirse también en términos de regeneración de capital natural, cohesión social y democratización económica.
Estrategia política y marco legal
- Presentar la iniciativa como programa de créditos fiscales transferibles, evitando conflicto legal con Nación.
- Vincular la emisión a la producción de bienes básicos para evitar inflación.
- Desarrollar campañas de educación financiera para explicar beneficios del mecanismo de oxidación.
- Implementar auditorías públicas y control ciudadano para prevenir corrupción o clientelismo.
El Pampa como bandera ecosocial
El “Pampa” no es solo un parche frente a la crisis: es una apuesta de futuro.
- Asegura circulación por su mecanismo de oxidación.
- Defiende empleo y producción local.
- Facilita el acceso a alimentos y servicios básicos.
- Otorga soberanía provincial frente al ahogo financiero nacional.
Es también una propuesta de transición ecosocial, donde el dinero organiza prioridades vitales: alimentos, energía, cuidados, vivienda.
Con la perspectiva de Mobus, el “Pampa” se proyecta no solo como una moneda provincial sino como un prototipo de rediseño económico a escala subnacional: una moneda que no se guarda ni se fuga, sino que circula, fortalece el trabajo y multiplica la vida comunitaria, alineando los flujos financieros con los flujos de energía, recursos y bienestar colectivo.
Anexo Técnico: Asignación de valor al “Pampa”
1. Principio general
El Pampa se diferencia de las monedas nacionales tradicionales en que no está respaldado de manera abstracta por reservas financieras (oro, divisas), sino por la capacidad productiva y energética efectiva de la Provincia de Buenos Aires.
El objetivo es garantizar que cada Pampa emitido tenga correspondencia física con bienes y energía disponibles en la provincia, evitando inflación descontrolada y generando confianza social en la moneda.
Para ello, se propone un respaldo mixto:
- Respaldo fiscal: aceptación parcial (30%) en impuestos provinciales.
- Respaldo energético: vinculación con la generación eléctrica provincial (kWh).
- Respaldo productivo: integración con la oferta de alimentos, insumos industriales y servicios básicos producidos en la provincia.
2. Mecanismo energético de referencia
La energía es un patrón objetivo de valor, porque mide el trabajo físico necesario para producir bienes y servicios.
- 1 kWh de electricidad equivale aproximadamente al trabajo de 36 personas durante una hora (a intensidad física moderada).
- Es una unidad medible, verificable y no especulativa.
En este marco, se establece que una fracción de la emisión de Pampas esté vinculada a la producción y distribución de energía eléctrica.
3. Fórmula de asignación de valor
La propuesta consiste en definir un valor inicial del Pampa (P) en función del costo y disponibilidad energética y productiva.
P = α . CkWh + β ⋅ Cmix
Donde:
- CkWh = costo promedio provincial de 1 kWh eléctrico (en pesos).
- Cmix = costo promedio ponderado de una canasta de bienes y servicios básicos producidos en la provincia (alimentos, transporte, vivienda social).
- α y β son coeficientes de ponderación definidos por el Consejo de Moneda Provincial, que determinan qué proporción del valor se ancla en energía y qué proporción en bienes esenciales.
De este modo, cada Pampa tiene un valor dinámico, ajustado según la producción y energía disponibles.
4. Ejemplo numérico (ilustrativo)
Supongamos los siguientes valores de referencia para la Provincia de Buenos Aires:
- Costo promedio de generación eléctrica: 40 $/kWh.
- Canasta productiva básica provincial (alimentos, transporte, vivienda social): 1.000 $ mensuales por persona.
- Coeficientes de ponderación:
- Energía: α = 0,4
- Mix productivo: β = 0,6
Entonces:
P = (0,4×40) + (0,6×1000/100)
Nota: aquí se normaliza la canasta dividiendo por 100, para establecer un múltiplo operativo.
P = (16) + (6) = 22 pesos
Es decir:
- 1 Pampa ≈ 22 pesos.
- 1 Pampa representa aproximadamente 0,55 kWh de energía provincial disponible o el 1% de una canasta básica provincial mensual.
5. Implicancias prácticas
- Emisión controlada: la cantidad de Pampas emitidos no puede superar la capacidad energética y productiva provincial disponible.
- Estabilidad relativa: si el costo de energía baja (por renovables), el Pampa gana solidez; si sube, la ponderación del mix productivo suaviza la volatilidad.
- Confianza social: la población puede verificar que cada pampa se respalda en kWh concretos y bienes básicos reales, no en promesas financieras.
- Transición ecosocial: al vincular el dinero a la energía y a la producción de bienes esenciales, se alinea el sistema monetario con los límites biofísicos y las prioridades sociales.
En resumen: cada Pampa equivale a una fracción de energía + bienes esenciales provinciales, lo que garantiza su valor real y lo convierte en una moneda resiliente, democrática y alineada con la economía productiva de la provincia de Buenos Aires.
[1] Guillermo Baliña: Ingeniero Industrial. Docente universitario desde 1990. Profesor adjunto materia Probabilidad y Estadística de la Facultad de Ingeniería UBA. Profesor adjunto materia Estadística Aplicada de la Escuela de Economía y Negocios de la Universidad Nacional de San Martin. Desde 1996 desempeña actividades de gestión en la Universidad de San Martin, desde 2004 en el IIPC (Instituto de Investigaciones sobre el Patrimonio Cultural IIPC -UNSAM
[2] Carlos Merenson: Ingeniero Forestal por la Universidad Nacional de La Plata. Fue técnico en el Departamento de Investigaciones Forestales del ex-Instituto Forestal Nacional y director general de Recursos Forestales en la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación. Fue Gerente Forestal de la Corporación Forestal Neuquina. Se desempeñó en la Secretaría de Ambiente de la Nación desde su creación en 1992, habiendo ocupado los cargos de: Director de Recursos Forestales Nativos; Director Nacional de Desarrollo Sustentable y Director Nacional de Biodiversidad. Ocupó el cargo de Secretario de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación. Desarrolló labores docentes en la Facultad de Ingeniería y Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora, en la Escuela Superior de Bosques de la Universidad Nacional de La Plata, en la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Argentina de la Empresa y en la Facultad de Agronomía de la UBA como Docente Libre para el dictado de la asignatura “Introducción a la Ecología Política”. Autor del libro: EL CAMINO DE LA TRANSICIÓN – Del productivismo a la convivencialidad. Editor de La (Re) Verde.
